Todo Es Justo

TODO ES JUSTO

Mensaje para Amalia de un “amigo invisible” sobre la triste historia de Arcadio Góngora, del Yucatán (Méjico), año 1882:

“Es muy distinto ver las miserias de la Tierra a gran distancia, a vivir en medio de ellas, y son muchos los espíritus que sucumben en medio de sus rudas pruebas y de sus expiaciones”.

“Nunca nos cansaremos de deciros que, por criminal que veáis al hombre, no le corrijáis por la violencia, que harta desgracia tiene con la enormidad de sus delitos”.

“¿Dónde hay mayor infortunio que en la criminalidad? ¿Qué infierno puede compararse con la interminable serie de penosísimas encarnaciones, que tiene que sufrir el Espíritu rebelde humillando al alma? En unas la locura, en otras la espantosa deformidad, en aquélla la miseria con todos sus horrores y sus vergonzosas humillaciones y otros sufrimientos que no es posible enumerar, porque para sumar todos los dolores que puede sentir el Espíritu no hay números bastantes en vuestras tablas aritméticas para formar el total; la imaginación se pierde cuando quiere sujetar a una cantidad fija el infinito de la vida que nos envuelve en absoluto”.

Imagen: crocerossina

“Después de esas encarnaciones horribles, vienen esas existencias lánguidas, tristes, solitarias, en las cuales la vida es una continua contrariedad. El Espíritu ya se inclina al bien, pero su amor no encuentra recompensa. Almas, al parecer ingratas, miran con indiferencia los primeros pasos de aquel pobre enfermo que quiere amar y no encuentra en quien depositar su cariño, y hasta las flores se marchitan con su aliento antes de ofrecerle su fragancia. Esas existencias son dolorosísimas; expiación que sufre actualmente la mayoría de los terrenales, espíritus de larga historia, sembrada de horrores y de crueldades.

En ese periodo es cuando necesita el hombre conocer algo de su vida, porque ya tiene conocimiento suficiente para comprender las ventajas del bien y los perjuicios del mal. Y, como todo llega a su tiempo, por eso hemos llegado nosotros a despertar vuestra atención; por eso las mesas danzaron y los demás muebles cambiaron de lugar. Y resonaron en distintos puntos de la Tierra las voces de los espíritus, porque era necesario que comprendierais que no estabais solos en el mundo”.

“Muchos suicidios hemos evitado y a muchas almas enfermas les hemos devuelto la salud”.

“A un gran número de sabios orgullosos, les hemos demostrado que la ciencia humana es un grano de arena en comparación con el infinito, con la ciencia universal. Y una revolución inmensa llevaremos a cabo, porque ha llegado la hora del progreso para las generaciones de este planeta”.

“Comenzáis a conocer la verdad que ahora rechazáis, porque la luz os deslumbra, pero al fin os habituaréis a ella, ensancharéis el círculo de vuestra familia terrenal y miraréis en los espíritus, miembros de vuestra familia universal”.

“Seréis más compasivos con los criminales cuando sepáis que también lo habéis sido vosotros y que quizá mañana volveréis a caer; que al Espíritu apegado al mal le cuesta mucho decidirse hacia el bien. Es como el pequeño que da un paso y retrocede cinco, y anda repetidas veces un mismo camino. Pues de igual modo hacéis vosotros y hemos hecho todos los espíritus de la Creación, con la sola diferencia que unos tienen más decisión que otros y más valor para sufrir la pena que se han impuesto”.

“Vosotros, los que buscáis en nuestra comunicación, saludable consejo y útil enseñanza, aprovechad las instrucciones de ultratumba, siempre que éstas os marquen el sendero de la virtud y no halaguen vuestros vicios, ni patrocinen vuestras debilidades.

Desconfiad siempre de todo Espíritu que os prometa mundos de gloria en cuanto abandonéis la Tierra. Estudiad historia, miraos sin pasión, y os veréis pequeños, pequeñísimos, microscópicos, llenos de innumerables defectos: celosos, vengativos, envidiosos, avaros, muy amigos de vosotros mismos, pero de vuestro prójimo, no.

Y con una túnica tan manchada, no esperéis sentaros a la mesa de vuestro Padre, para lo cual precisáis cubriros con vestiduras luminosas y así poder penetrar en las moradas donde la vida está exenta de penalidades, sin que por esto los espíritus dejen de entregarse al cultivo de las ciencias y al nobilísimo trabajo de la investigación, porque siempre tendrán las almas algo más que aprender”.

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Amalia Domingo Soler

(Extraído del capítulo XXXVI; “Todo es justo”; de la obra La Luz del Futuro).

Imagen portada: geralt.

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