SIMPLE ORIENTACIÓN
Encárgate de vigilar las nacientes de las actitudes que luego se traducen como violentas, a fin de no tornarte pábulo de los juicios precipitados de aquellos que, con mucha facilidad, consiguen condenar a los otros que no logran sintonizar con su onda de pensamientos.
En el largo recorrido que supone la existencia carnal, no es difícil descubrir a los que se enmascaran de virtuosos, acusando a su prójimo en la intención de transferir hacia los demás, aquellos hábitos que saben disimular y que, no obstante, conforman aún su propio bagaje espiritual.
Empuña con firmeza el arado removedor de la cizaña, a fin de preparar la tierra que será apropiada a la siembra de valores superlativos en el contexto espiritual.
Facilita a tus pasos el andar seguro, firme, por los caminos del bien, con la sana intención de conquistar compañías invisibles a ciertas miradas, que habrán de conducirte por el sendero del progreso…
Comanda con voluntad férrea, al pensamiento que te envuelve, con la finalidad de mantenerte en el rumbo seguro.
Observa si tus dichos son coincidentes con tus hechos y si tus palabras hablan de lo que está lleno el corazón…
Si acaso tus manos hoy están inhibidas de prodigar caricias afectivas, enriquécelas de amor en pases balsámicos, capaces de disminuir dolores o apropiar terapias salvadoras…
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En esta simple orientación, tienes trazado un breve programa de acción en el bien, que habrá de propiciarte paz e inundará tu alma de alegría.
Cosme Mariño (Espíritu)
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Extraído de la obra: PROSIGAMOS. Capítulo 36. Simple orientación. Por el Espíritu de Cosme Mariño; psicografía de Juan Antonio Durante.
Imagen portada: geralt.