PREGUNTA A DIVALDO PEREIRA FRANCO
PREGUNTA: Considerando que estamos en un proceso de evolución y por lo tanto aún muy imperfectos ¿Qué caracteriza a un médium que consigue mantener la sintonía con los buenos espíritus?
RESPUESTA: Su conducta moral. La conducta moral es un imán que se vincula al psiquismo divino. Es como una catapulta que impulsa al individuo a niveles sutiles del mundo espiritual. Sus verdaderos valores morales, la buena conducta, la disciplina, la dedicación, la acción en el bien son cualidades morales. Abren infinitas perspectivas. Los Espíritus nobles que siempre están interesados en nuestro progreso acuden. Las personas menos informadas no pueden evaluar la tristeza que asalta a los buenos Espíritus por las dificultades que nosotros provocamos…
Narraré una pequeña experiencia: Un Espíritu se me apareció un día y me dijo que deseaba mandar un mensaje a la Tierra. Él había sido escritor, un escritor que no actuó con la elevación necesaria a sus compromisos y dejó algunas dosis de veneno a través de las letras, perturbando a muchas personas que lo leyeron. En el mundo espiritual, se dio cuenta, y deseaba encontrar a alguien que le fuera el vehículo para que él pudiese dar ahora un mensaje de nobleza, de recuperación, ayudando a las personas, y así disminuir sus fallos y tener disminuidos los problemas que él mismo causó.
Entonces me contó que estuvo frente a un médium con posibilidades psicográficas. Comenzó a envolver al médium lentamente y a transmitirle mentalmente que quería escribir, y después, .. el médium se exaltó y empezó a pensar en un romance, en un libro que gustara a la sociedad y, entonces, vio que aquel no era el médium ideal.
Este Espíritu quería escribir un libro muy sencillo, muy modesto, pero que penetrase a las personas. Entonces supo de otro médium y recurrió a él empezándole a transmitir la idea de un mensaje suave… La persona tenía recursos psicográficos y ya el médium empezó a pensar en publicar un libro, antes de empezar a psicografiar la primera página.
Fue a un tercer médium, y el tercero empezó a captar muy bien el pensamiento y dijo: “No, no voy a escribir un libro modesto, un libro cuyo tema todo el mundo conoce. Si yo psicografío, quiero –yo quiero- psicografiar un libro muy bueno, profundo.”
El dijo:
“Divaldo, yo estuve con once médiums y ellos están muy preocupados con lo que quieren, y no con aquello que deben...
Entonces vine a preguntarte si tú me puedes ayudar de alguna forma.”
Yo le contesté: “Mira, poder no puedo, porque mi vida mediúmnica es administrada por el Espíritu de Joanna de Ângelis y mi tiempo es muy escaso.” Yo trabajaba dos expedientes durante el día, disponía solamente de las noches, viajaba durante los fines de semana, en las fiestas.
Y él me dijo: “Yo sé que duermes entre 3 horas y media y 4, y naturalmente con ese cansancio es normal incluso que hasta que el sueño llegue, gastes alrededor de media hora hasta calmar la vida mental. Yo pedí ayuda a Joanna de Ângelis y ella me dijo que si tú me dieses media hora durante 30 días yo escribiría el libro.”
Yo dije: “¡Pero así acabaré zombi, por no dormir!”
Él me dijo: “Yo tuve una idea. Tú mandas hacer una mesa, de esas de hospital para servir comida a los enfermos; tú te acuestas, colocas el papel y el lápiz a la hora que te vayas a dormir y yo vengo, empiezo a escribir, te retiro la conciencia y cuando termine de escribir saco la mesa y te dejo durmiendo. De esta forma ganarás media hora.”
Dije: “¡Así es maravilloso!”
Y así lo hicimos. Yo preparaba la mesita, me acostaba en la almohada, me preparaba, él venía, escribía, se iba y me dejaba durmiendo.
Cuando terminó dijo: “Mira, ya terminé el librito. Es un libro muy modesto realmente. Ahora me quedo tranquilo, porque tú volverás a tu vida normal.”
Yo le dije en tono jocoso: “Ah, hermano, escribe otro libro, porque así yo ganaré media hora de sueño.”
*****
Para que veamos cuán difícil es a los Espíritus encontrar a un médium que se dedique al bien, que no esté muy preocupado con su imagen, que no esté defendiéndose.
Nosotros estamos en la Tierra. La incomprensión forma parte del quehacer de nuestra vida… Joanna de Ângelis me dice: “El médium, el trabajador que se defiende, pierde el tiempo.”
El defensor de la honra de quien sirve a Jesús es el propio Jesús, y no el trabajador. Él no debe gastar su tiempo en su defensa, porque está para trabajar al servicio de otros… Que su patrón lo defienda. Él se defenderá a través del trabajo.
Y ella me dijo así: “Tú solo hablarás sobre el bien. Cuando empieces a defenderte, yo buscaré a otro médium, porque tú no estás aquí para proyectar tu ego, sino para atender al compromiso divino que está en la pauta de tu evolución.”
Nosotros tenemos que aprender a ser sumisos. El médium es pasivo. No es alguien que establece directrices. Es alguien que obedece, pero no es un irracional. No quiero decir con ello que él sea una persona que no tenga opinión; yo dialogo con los Espíritus, discuto, y cuando ellos no me esclarecen, yo discuto; es un derecho que la Doctrina Espírita me da.
Mientras no sea consciente, convencido por el esclarecimiento, y que aquello es lógico, yo digo: “De momento no lo haré”, pero me someto a la pauta de los deberes.
Todos nosotros, médiums, deberemos considerar con humildad ese sentido de obediencia lúcida, lógica, racional y dinámica, progresando hacia el bien.
Imagen principal: Elf-Moondance.