La magnitud de la palabra sólo es mensurable, en el impacto que produce en quien la recibe, dejando huellas indelebles o señales no siempre luminosas que tornan más oscuro el panorama psíquico donde impactan.
Palabras hay que se convierten en palancas propulsoras del progreso, por el estímulo que provocan y hay otras que, debido a su carga inhibitoria, condenan al fracaso a quienes están dirigidas.

Hay palabras cargadas de sabiduría que señalan los caminos a seguir, delante de una encrucijada; y otras que portando odio y resentimiento producen voraces incendios morales que aniquilan.
Palabras-plegaria que enseñan el amor de Dios por todas sus criaturas; y palabras censura que hieren de muerte, por la certera dirección en que son encausadas…
Palabras, en fin, que preparan para la vida con sabia orientación y palabras que distorsionan la verdad del más allá de la muerte…
Recuerda que: “La boca habla de lo que está lleno el corazón…” En consecuencia, vigila lo que por ella viertes por cuanto, ella estará mostrando tus sentimientos más íntimos, que cobran vida a través de tus labios, para elevar o destruir, según la dirección que tú les das …
Cosme Mariño (Espíritu)
—–
Extraído de la obra: “Del Maestro al Discípulo”. Capítulo 40. Por el Espíritu de Cosme Mariño; psicografía de Juan Antonio Durante.
Imagen portada: cinematicclick.
Buenas noches, totalmente cierto, aunque cuesta, depende de las circunstancias; lo negativo daña y mucho, así que hemos de tener cuidado con los pensamientos, porque lanzan heridas; lo positivo el amor, realmente es lo mejor para un@ mism@ y para los que nos rodean. Muchísimas gracias. ABRAZOS FRATERNALES!! 🤗