Las Ideas Nuevas – I

Las ideas nuevas – I

Un periódico democrático hablando sobre las ideas nuevas decía lo que copiamos a continuación:

“Las ideas nuevas son destellos de la inteligencia humana, son como meteoros luminosos precursores de un nuevo modo de ser, de una transformación”.

“Cuando las ideas nuevas, lejos de ser producto de utópicos desvaríos de imaginación calenturienta, responden a exigencias sociales, a necesidades que dejan ya sentirse, a la ciencia, al progreso, y a la civilización, es vano empeño el combatirlas y pueril política el desacreditarlas”.

“Cuando las ideas nuevas son nobles y generosas, los grandes principios, no aparecen sino para triunfar. No se imponen en la conciencia humana de momento, y menos aún en la opinión de ciertas clases sociales; espantan a determinados intereses, al espíritu de rutina, a los monopolizadores de injusticias sin nombre, a tradiciones y a preocupaciones sin razón de ser; todo se levanta y confabula invocando la tradición o lo que apellidan conservación, como si las ideas nuevas destruyeran y no consolidaran la obra de las civilizaciones pasadas.

Las ideas nuevas, cuando son ciertas, en vez de derrumbar, completan y coronan, porque en ellas va invulnerable el espíritu de la civilización y son como el resultado de un fondo de ideas que han germinado e influido, ya que han hecho su bien, que tienen su explicación y justificación ante la historia, pero que han de retirarse cuando llega la hora, dejando desembarazada y libre la marcha progresiva de las sociedades”.

“Pero como esto no conviene a los enemigos sistemáticos del progreso, a los que viven a la sombra de un estado social determinado, a los que quieren envilecer a los pueblos para dominarlos mejor y ven con horror como la corriente de la civilización fecundiza su prosperidad y les dignifica, haciéndoles formar un alto concepto de sus deberes y de su derecho a vivir una vida libre, en la que desenvuelva en todas sus bellas y grandiosas manifestaciones el espíritu humano, como que las ideas nuevas significan la reparación de todas las injusticias y la victoria del derecho y de la libertad, se las combate ya solapadamente con transacciones no razonadas que retardan la realización de los ideales, o se las calumnia calificándolas de trastornadoras y antisociales. ¡Trastornadoras porque quieren reformar! ¡Antisociales porque rechazan un autoritarismo que no es un principio regulador, racional dirigente de los pueblos!”

“La historia nos lo dice; todas las ideas nuevas por ciertas, por verdaderas, por salvadoras que hayan sido, se les ha calumniado, bien en nombre de la religión, bien en nombre de la tradición, o del interés de la sociedad."

“A los primeros cristianos se les llamó ateos porque renegaban de las falsas divinidades, revolucionarios porque sacudían el yugo de los Césares, demagogos porque hacían pedazos las cadenas de los esclavos, y fanáticos sectarios porque predicaban la virtud en medio de la corrupción y desenfreno de los tiempos. Así se alarmaban las conciencias, a los ricos y conservadores de entonces presentando a los adeptos de las nuevas ideas como enemigos de los dioses y enmascarados socialistas, que, con su caridad, no aspiraban más que arrebatarles sus riquezas.»

“Por esto el cristianismo tuvo su primer asilo en las chozas y no en los palacios de los conservadores. Los pobres fueron los primeros cristianos. No tenían que conservar más que una conciencia embrutecida por el vicio y la crápula, envilecida por la opresión, y las nuevas ideas les ofrecían la redención y consuelos inefables.»

“Se las combatió como se las combate siempre; con el desprecio. Claro, aquellas ideas eran las ideas del pueblo, de la hez del populacho, un peligro constante para la sociedad… El partido de las nuevas ideas no era un partido formal. Y mientras duraron estas preocupaciones, mientras no se desvanecieron las alarmas infundadas, que propagaban la maledicencia de los adversarios de las nuevas doctrinas, no se impusieron, y hasta que llegaron a penetrar a todas las clases sociales no iluminaron más que los subterráneos de las catacumbas. De ellas salieron, sin espantar a nadie, a inspirar el derecho, la filosofía y la civilización.»

“Tal es la historia de todas las ideas nuevas y verdaderas, de su origen, de su desenvolvimiento y de su triunfo. Y hay que tenerlo presente, para que los caracteres impresionables no las comprometan con una impaciencia que engendra resoluciones imprudentes, y los pesimistas no se entreguen a merced de los desvaríos y fatales resultados de la desconfianza.»

“Somos partidarios de las ideas modernas. Se nos combate, se nos insulta, se nos persigue; porque queremos la tolerancia se nos llama impíos; porque queremos la libertad se nos tilda de revolucionarios.»

“Los que tienen fe inquebrantable en los principios, ven a lo lejos a pesar de las presentes miserias, como la luz de las nuevas ideas quebrándose en los colores del horizonte refleja un cuadro venturoso y consolador, el de la salvación y felicidad de la patria, la armonía social”.

Amalia Domingo Soler

(Extraído del-Prefacio- de la obra La Luz del Espíritu, de Amalia Domingo Soler).

Imagen principal de Tumisu.

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