La Religión Y Las Religiones

La Religión y las Religiones según Amalia

¿Qué es la religión? Según explica el diccionario, es la virtud que le rinde a Dios el culto debido; es la adoración ofrecida a la Divinidad; es la observancia de las buenas costumbres y el practicar obras de verdadera devoción.

Es cierto; la religión debe ser el amor a todo lo bello, a todo lo grande, a todo lo armónico; y como estas preciosas condiciones en nada ni en nadie pueden encontrarse en tan alto grado como en Dios, fuente de vida, raudal de salud, río de esperanzas y mar de justicia, por esto el hombre se siente atraído por ese foco imánico y ama a Dios desde que miró al Sol y cayó de hinojos adorando al rey de la Luz.

La religión nació con el hombre y el hombre nació con la religión; pero dueño el Espíritu de su libre albedrío, cuando entró de lleno en la vida, cuando abandonó las selvas, formó la tribu y levantó viviendas; cuando las pasiones se despertaron en su pecho y la codicia hizo nido en su corazón, entonces la religión íntima, la religión del alma fue una carga pesada para el hombre. La voz de la conciencia le hablaba demasiado alto y no le dejaba dormir en el letargo del placer, y era preciso armonizar las creencias y las ambiciones, y para efectuar estas uniones clandestinas los hombres crearon las religiones y naturalmente las hicieron apropiadas a sus deseos…

… el Espíritu (después de la muerte), contempla asombrado como los gusanos (demócratas del Universo) penetran en los lujosos mausoleos y en las entrañas de la tierra, y ve disgregarse su organismo, y ve evaporarse su recuerdo, y él sin embargo vive y asiste a la muerte de sus deudos, y ve desaparecer su linaje de la tierra, y a pesar de esto él vive, él siente, él piensa, él quiere…

… y entonces la primitiva religión, el culto a Dios se despierta en aquella alma eterna, y comprende que las religiones son la parodia de la religión; y como la comunicación es necesaria al Espíritu, éste no se contenta con saber que él vive, necesita decírselo a los suyos para que estos se preparen y adelanten, y se convenzan de que han de vivir siempre, no como juguetes de un ser increado sino como dueños de su voluntad; y la comunicación ultraterrena se efectúa, cumpliéndose con ella una de las leyes naturales de la vida.

A esta religión se le ha dado un nombre, no sabemos si bastante apropiado al asunto: se le dice Espiritismo, y espiritistas se llaman todos los que creen en los espíritus desencarnados y se comunican con los habitantes de este mundo…

el Espiritismo en sí, no constituye una religión; lo que si hace es quitarle el antifaz a las religiones que ya es bastante. No crea ningún nuevo culto porque no es necesario; ya hemos dicho anteriormente que la religión nació con el hombre y el hombre con la religión, porque el hombre nació con la conciencia, y en la tranquilidad íntima está el santuario del alma; por eso los espíritus al comunicarse no nos hablan de un Dios más misericordioso ni más clemente; nos dicen que el hombre vive siempre, y que para su progreso no le sirve llamarse católico o protestante, budista o mahometano, materialista o espiritista…

… el nombre no es nada, el fondo es el todo; no basta llamarse cristiano, es preciso serlo en obras, y hombre religioso es todo aquel que no perjudica a su hermano, que si le ve llorar llora con él, si le ve desnudo le da la mitad de su manta, si le ve hambriento parte con él la mitad de su pan, si le ve sediento corre si es necesario una legua para buscar una vasija de agua, si le ve ignorante trata de instruirle, si le ve malvado le aparta del crimen; y el hombre que así obre ama realmente a Dios, aunque en su obcecación terrena quizás niegue su nombre.

La verdadera religión es la que Moisés presentó a su pueblo, y es la que Jesús condensó en dos mandamientos, “ama a Dios sobre todas las cosas y a tu prójimo como a ti mismo”, y estos mandamientos todos los unió Kardec en uno solo: “Sin caridad no hay salvación”.

…en realidad el Espiritismo no es más que la conversión de las humanidades, el diálogo no interrumpido de las generaciones, es la reflexión, es la meditación de los pueblos que pasaron, es el mundo antiguo que habla con el mundo moderno, es el racionalismo de los hechos que prueba la verdad de la vida…

Los espiritas no adquieren con las comunicaciones de los espíritus dotes sobrenaturales, no adquieren más que el convencimiento de la pequeñez de su Espíritu y la certidumbre de que si ellos quieren progresar es suyo el porvenir. Esto es todo lo que hace hoy el Espiritismo; despierta al hombre de su letargo y le hace comprender que las religiones son convenios sociales creados en la Tierra; en ella nacen y aquí se quedan, pero la religión del bien, de Dios viene y a Dios va.

Espiritistas no os creáis salvos porque admitáis la comunicación de los espíritus, esto no os hace ni más malos ni más buenos, y únicamente vuestros hechos os harán ser grandes y dignos de admiración… ¿Quizás la comunicación con los espíritus nos da la patente de santidad? ¡No!; seremos santos si luchamos y dominamos nuestras pasiones: esto podemos hacerlo llamándonos católicos, protestantes o espiritistas, todas las religiones serían buenas si los hombres quisieran ser buenos.

Religión no hay más que una y el hombre nació con ella, pero la desecha por ser demasiado austera. Las religiones son más cómodas, son acuerdos convencionales, y la religión verdadera cuenta con pocos adeptos. El Dios de la justicia no tiene muchos adoradores.

La religión quiere un corazón limpio, y en la Tierra casi todos los corazones parecen carbones.

 Quiere una conciencia tranquila, y en este globo casi en todas las conciencias hay una tempestad desencadenada.

Quiere un amor inmenso, y en este mundo todo lo más que hacemos es tolerarnos unos a otros (salvando honrosísimas excepciones, se entiende) …

Religión no es cuestión de nombre, es cuestión de práctica y la práctica del bien pueden hacerla todos los habitantes de este planeta, sea cual fuere su creencia y el ídolo de su fe…

… es preciso trabajar en el perfeccionamiento propio, y al mismo tiempo en el ajeno. Es necesario amar para ser amados, compadecer para ser compadecidos, ser generosos para encontrar hospitalidad.

El Espiritismo no es religión, pero tampoco es una de las religiones positivas, es únicamente la voz del progreso que le dice al hombre: ¡Trabaja si quieres ser grande! ¡Trabaja si quieres ser bueno! ¡Trabaja si quieres ser verdaderamente religioso! Porque el trabajo es la religión del porvenir, es el culto eterno que se rinde al Creador en el Universo.

Amalia Domingo Soler

Extracto del Capítulo XIX, de la obra: La Luz del Porvenir; distribuida por el Centro Espírita “La Luz del Camino» de Orihuela (Alicante).

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