Fidelidad Al Ideal Espírita

FIDELIDAD AL IDEAL ESPÍRITA

Cuando abrazamos unos ideales sustentados en una doctrina como es la espírita, no estamos hablando de algo baladí, sino de una “fuente viva”, un “soporte existencial”, que nos va a nutrir y sostener la mente y el corazón a lo largo de toda la vida. Esta es la verdadera dimensión del espiritismo: una ciencia filosófica de consecuencias morales.

Cuando el profesor Rivail, a mediados del siglo XIX descubrió la magnitud universal de los fenómenos mediúmnicos que se estaban prodigando por todas partes, relegó a un segundo plano sus quehaceres habituales para volcarse en una tarea que adivinó, muy pronto, debía cambiar el mundo. Eran los Espíritus Superiores en gran masa, los que se reunían para participar en la “Gran Revelación” de las verdades trascendentes, olvidadas o mal comprendidas por los seres humanos hasta ese momento.

De ahí que, una vez fueron configurados los cimientos de la nueva doctrina, el psicopedagogo francés, propusiera la realización de estudios serios, con la intención de profundizar y divulgar la doctrina espírita con absoluta objetividad.

UNIDAD DE PRINCIPIOS

Esta idea la podemos encontrar en las Obras Póstumas “Proyecto 1868”, donde Allan Kardec propone lo siguiente: “Un curso regular de Espiritismo sería impartido con el fin de desarrollar los principios de la Ciencia y difundir el gusto por los estudios serios. Este curso tendría la ventaja de fundar la unidad de principios, de hacer adeptos esclarecidos, capaces de esparcir las ideas espíritas y de desarrollar un gran número de médiums.”

Además, para evitar la falta de unidad por la diversidad de opiniones o la falta de rigor, el propio maestro lionés plantea lo siguiente: “…enunciarla en todas sus partes y hasta en los menores detalles, con tanta precisión y claridad que sea imposible cualquier interpretación divergente.”

Por desgracia, hoy día, en pleno siglo XXI, todavía hay personas y grupos que interpretan la doctrina espírita de manera particular; no comprendiendo del todo su alcance; anteponen sus opiniones personales, fruto, muchas veces, de una visión superficial del espiritismo, provocando confusión en lugar de aclarar e iluminar a las personas. A partir de ese momento, la doctrina espírita pierde su brillo natural, se difumina, y pierde su eficiencia, dejando de cumplir con su función “consoladora” en beneficio del personalismo y del sensacionalismo.

“Se consuela cuando se esclarece. La mejor forma de consolar a alguien es arrancarlo de la ignorancia, educarlo”.

LA PROPUESTA DE JOANNA DE ÂNGELIS

Joanna de Ângelis

De ahí que Joanna de Ângelis, preocupada por esta circunstancia, propone la necesidad en los Centros Espíritas de “cualificar”, “humanizar”, pero, sobre todo, “espiritizar”, para evitar la proliferación de “distintos espiritismos”, cuando solo hay uno; y también para evitar a aquellas asociaciones que se autodenominan como espíritas, cuando en realidad no lo son.

José Mª. F. Colavida

Por todo ello, es fundamental mantener la esencia de su mensaje renovador a través de un estudio serio y metódico, para que sus divulgadores “se disminuyan en beneficio de una doctrina que ha de brillar con su propia luz”.

“Llevando… el compromiso de servir al Espiritismo antes que del Espiritismo servirse para proyectarse.”(1)

FALSOS PROGRESISMOS

Evitando también los falsos progresismos, al tratar de incluir ideas ajenas, que no aportan nada sustancial al ámbito de la doctrina espírita, y otras que no han sido debidamente contrastadas, que la desnaturaliza, y que conducen, sobre todo a los espíritas poco experimentados, a la dispersión de ideas, a una distracción que confunde, y, sobre todo, a la pérdida de un tiempo valioso, necesario para profundizar en lo verdaderamente importante, que son las obras fundamentales que conforman la codificación kardeciana.

Amalia Domingo Soler

Hay una reflexión de Amalia Domingo Soler que nos aporta mucha luz al respecto: Cuando se estudia, se aprende a pensar, cuando se piensa se aprende a razonar y cuando se comparan nuestras ideas con las ajenas, nacen discusiones que nos hacen afirmarnos en nuestras deducciones o en reformar nuestro criterio”. (Capítulo XLVIII; “Orientación Espírita”; de la obra La Luz que nos Guía, de Amalia Domingo Soler).

Por un lado, el estudio como forma de aprender a pensar por nosotros mismos, a razonar los conceptos para deshacer los prejuicios instalados en nuestro interior; y, por otro lado, a comparar nuestras ideas o interpretaciones sobre la doctrina con otros grupos espíritas, preocupados como nosotros, por sacar a la luz la enorme sabiduría que encierra la codificación.

COMPARTIR IDEAS Y CONOCIMIENTOS

La celebración regular de Encuentros, Jornadas o Congresos, pueden y deben ser los momentos idóneos para compartir experiencias y conocimientos; con una actitud de humildad sincera que nos predisponga a la receptividad, a escuchar a los compañeros en el ideal; buscando siempre el consenso, la unión de todos, pero sin renunciar a los matices de la propia idiosincrasia de cada región o país.

Este será el mejor antídoto para luchar contra la división, el fanatismo, el sectarismo y la credulidad; en una búsqueda permanente por ser fieles a la doctrina, cual faro que ilumina y esclarece; y que es la única que nos puede proporcionar: “Una fe inquebrantable que puede mirar cara a cara a la razón en todas las épocas de la humanidad.” (Allan Kardec).

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Redacción Hogar Fraterno.

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(1) Extraído de un mensaje psicofónico de Divaldo Pereira Franco, por el Espíritu de José María Fernández Colavida, durante la celebración del 6º Congreso Espírita Mundial, en Valencia. Año 2010.

1 comentario en “Fidelidad Al Ideal Espírita”

  1. Gracias ,por recordarnos todos estos conceptos de nuestra hermosa doctrina
    Llevarlos a la práctica,para así tener presente la Fraternidad,solidaridad, humildad y Caridad entre nosotros, que nos llamamos Espiritas .

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