Entrevista a Sir Arthur Conan Doyle.
Publicamos a continuación una interviú celebrada por un periodista inglés con el insigne novelista sir Arthur Conan Doyle. En ella, el creador de Sherlock Holmes expresa sus juicios sobre diversos e interesantes temas, como el espiritualismo, el advenimiento de unos Estados Unidos de Europa, el destino de Inglaterra, etc. Habla también de sus futuros planes literarios, y anuncia la reaparición de su personaje favorito, Sherlock Holmes.
EL SOL ha adquirido la exclusiva de la publicación en España de esta interesante conversación.
Habiendo recibido aviso de que sir Arturo Conan Doyle me recibiría hacia las doce del día en la Librería Psíquica, hacia este sitio encaminé mis pasos.
La Librería Psíquica se encuentra justamente en el centro del Imperio británico, bajo la sombra de la abadía de Westminster, Damas de edad provecta y hombres de serio aspecto acuden allí en busca del “alimento espiritista” más reciente. En el fondo de la tienda encontré a Conan Doyle, el guía actual de los espiritistas, sentado ante una mesita escribiendo un artículo. Con objeto de no perder un momento, entré en seguida en materia.
– ¿Cuánto tiempo lleva usted interesado en las cuestiones de espiritismo? – le pregunté.
-Hace ya más de treinta años –me respondió-; pero al principio no le concedí más importancia que a cualquier otro asunto exótico. No me di cuenta de que era una cuestión de extrema, de suprema importancia para todo individuo de la especie humana. Sobrevino la guerra, y entonces pude apreciarlo. Ya había dedicado mi vida entera al asunto antes de que el desastre me afligiera directamente. Iba a entrar en la Casa Ayuntamiento de Nottingham para dar una conferencia sobre espiritismo cuando recibí el telegrama notificándome la muerte de mi hijo. Con sacudida tan violenta era difícil que desempeñara mi misión; pero lo hice. No hay duda de que el espíritu de mi hijo me ayudó, y el auditorio no se percató de lo ocurrido.
Un año después fue cuando mi hijo acudió por vez primera a una sesión espiritista. Percibí su voz…, su voz y un abrazo. Posteriormente he hablado con él frecuentemente, discutiendo asuntos íntimos de familia. ¡También he visto a mi madre! Y tan clara y perfectamente como veo a usted ahora. Más aún; bajo condiciones sometidas a la comprobación de testigos, he obtenido una fotografía de mi hijo después de su muerte. Aquí está. Véala usted…. ¿Muerte? No hay tal cosa. Los que decimos muertos siguen vivos y tratan de hacerlo comprender así a este mundo idiota.
He dedicado todo mi tiempo y toda mi atención a la causa en que he puesto mi corazón entero -continuó sir Arturo Conan Doyle-, o sea, a la enseñanza de una nueva religión que enseñará a la Humanidad lo que ocurre en el mundo adonde pasamos tras de nuestra muerte en éste. Esto es, realmente mucho más importante que todo lo demás en esta vida. Estamos en ignorancia absoluta respecto a lo que nos ha de ocurrir después de la muerte. Pues bien, yo ansío saber lo que me ha de ocurrir a mí. Personalmente, tengo más certeza respecto a las cosas que me han de pasar después de muerto que de las que me pasarían si emprendiera ahora un viaje a la América del Sur, por ejemplo.
Estamos haciendo cuanto podemos por enseñar a la gente esta nueva religión que abrirá nuevos horizontes a la vida. Los individuos y los padres que adopten seriamente estos nuevos conocimientos y vivan con arreglo a ellos, serán los individuos y los países del porvenir. Poseemos informes buenos y seguros y tratamos de que los conozcan todos aquellos que vacilan en creernos o que ignoran en absoluto nuestros trabajos. La ignorancia del clero anglicano, especialmente del alto, respecto a este asunto, es verdaderamente lamentable.
La seguridad y la sinceridad con que Conan Doyle expresa sus asertos impresiona profundamente. (Nota del periodista)
(Extracto de la entrevista publicada en el DIARIO EL SOL; 14 de agosto de 1926).