En las batallas de la vida, pon amor, voluntad y paciencia. (*)
Una vez más, nos lleva este pensamiento a cómo resolver las distintas luchas, situaciones que se presentan en la vida, y una vez más, la orientación que no da, es de aplicar buenos sentimientos, siendo constantes y con las ideas claras, además de tener paciencia.
Por un lado, el amor, es un sentimiento de cariño, afecto, protección.
Por otra parte, la voluntad es la capacidad o libertad de decidir del ser humano para hacer lo que considere intencionadamente.
Y, por último, la paciencia nos coloca en una actitud que nos permite soportar, padecer, aguantar y afrontar las vicisitudes de la vida, hasta conseguir el buen propósito marcado sin alterarnos ni cansarnos.
¡Que maravilloso sería si fuéramos capaces de tener estos tres hábitos bien arraigados y desarrollados!
¡Habríamos ganado en tantas batallas ya perdidas!…
¡Intentémoslo a partir de ahora!
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(*) Ideas recibidas mediúmnicamente en el Centro Espírita Hogar Fraterno a lo largo de varios años.
