El Trabajo De Dios

La condición humana, que se vive en la tierra, suele imponer a los individuos diversas cargas para poder optar a la realización de cosas útiles. La planificación, las disposiciones materiales, la acción física y el consiguiente desgaste provocan fatiga corporal.

El planeta al que estamos ligados, durante su fase de campo expiatorio para las almas, determina que todo lo que se haga en él, tenga las características de esa expiación a la que da lugar. Sin embargo, es en el ejercicio de esos arduos desafíos, que el ser humano también progresa hacia posiciones espirituales más expresivas.

El desgaste del cuerpo con el trabajo forma parte de las leyes que regulan la vida de la materia densa, ya que toda materia tiene un ciclo de surgir, envejecer y morir, lo que significa, de hecho, transformación.

La obra de los hombres y de los demás reinos naturales, que logra equilibrar el movimiento planetario, participa en la gran obra de la Divinidad sobre el mundo.

Imagen: Pat Whelen

Sin embargo, seamos conscientes de la verdad de que no sólo el trabajo de soplar los vientos y encender las estrellas; no sólo el de fertilizar la tierra y regarla con los rayos del sol; no sólo el de agitar los mares y derramar las cataratas constituyen la obra de Dios, nuestro Creador.

La obra del Padre Celestial es también enseñar a la humanidad, en los diversos niveles en que se encuentra, a cooperar con las leyes celestes, auxiliando al Señor, para que participe de esa gigantesca obra, que es la de perfeccionar mundos e iluminar dioses, momentáneamente envueltos en paños de ignorancia y empapados en sombras, internados en los complejos valles de las existencias corpóreas.

La obra perfecta de Dios nos muestra que, como somos dioses con el deber moral de mejorar siempre el nivel de nuestros quehaceres y nuestras actitudes ante la existencia, aprenderemos gradualmente a transformar nuestras acciones en cosas útiles a los demás, convencidos de que toda ocupación útil es trabajo.

Benedita Maria (Espíritu)

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(Extraído del capítulo VI. Acerca del trabajo. Ítem 32, titulado: El trabajo de Dios; de la obra “Acciones valientes para vivir en paz”; por el Espíritu de Benedita Maria, psicografía de José Raúl Teixeira).

Imagen portada: MatteoPhotoPro2020.

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