El pan nuestro de cada día. Poesía escrita por un notable doctor.
Dale Señor a mi alma espiritual sustento,
y a mi cuerpo de arcilla dale el pan cotidiano,
y, dame sólo el mío; jamás el de mi hermano,
que el único que nutre y produce contento,
es el que se ha ganado sin dejar a otro hambriento,
por el único esfuerzo de nuestra propia mano,
sin el sudor de niño, ni de enfermo ni anciano,
sin que haya producido a nadie sufrimiento.
Dale también, Dios mío, pan a mi inteligencia,
pan de conocimiento de verdadera ciencia;
no permitas me nutra con venenoso error;
y dale a mis sentidos el bello pan del arte,
y abundante, sin tasa, ni temor a que me harte,
el eterno, el sublime, el santo pan de amor.
IBI (ALICANTE), Julio 1934.
Gracias por mantener la llama de la creencia en Dios en estos terribles tiempos de ateismo,egoismo y abandono de los valores que nos inculcaron nuestros ancestros.