EJEMPLO DE HUMILDAD

Siempre me llenaron de admiración los escritos de don Joaquín Huelbes Temprado, ese gran amante de la humanidad, tan sabio como sencillo y modesto.
Tuve la osadía, a raíz de publicarse “El Manual del creyente”, de enjaretarle un soneto laudatorio, soneto que, más o menos artísticamente, solo decía la verdad. Este proceder mío hirió la modestia de don Joaquín, que al número siguiente de Luz y Unión me contestó con otro soneto que no puedo menos de insertar a continuación.
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A Krainfort de Nínive
Sabemos que amarguras y dolores
de la existencia triste se borraron,
porque en el nuevo rumbo naufragaron
de una santa doctrina a los fulgores;
que la dicha es amar en los amores,
no el ser amado, como ayer soñaron;
que si Eloisa y Beatriz brillaron,
brillaron mucho más sus amadores.
¡No me ensalces, hermano! Se concibe
que tan dichosa fluya mi jornada,
por la verdad de quien su luz recibe;
procuro que penetre mi mirada
cuanto hay de bueno en lo que existe y vive,
y amando todo, mi desdicha es nada.
Esta manera tan hermosa de pedir que no le ensalce, acabó de admirarme, y desde entonces que le estimo más.
(*)Krainfort de Nínive.
(Extraído de la obra Crisálidas. “A los lectores”. Libro de poesías de Krainfort de Nínive. 1913).
(*) Seudónimo del poeta espiritista Eustasio Juan Vidal; fue redactor jefe de la revista «La Luz del Porvenir» de Valencia.-(Bibliografía Espiritista Española: 1857-1936. Oscar M. García).
- – Imágen principal del autor Francesco Ciccolella.