Recurre A La Meditación

RECURRE A LA MEDITACIÓN

El hombre que busca la realización personal, inevitablemente es impelido a introducirse dentro de sí mismo.

Su pensamiento se mantiene firme en el ideal que lo cautiva, y la certeza de que logrará el éxito lo impulsa a no intimidarse ante los impedimentos que lo asaltan durante la ejecución del programa propuesto.

La meditación se convierte en el medio eficaz para disciplinar su voluntad, ejercitando la paciencia con la que vencerá, cada día, las tendencias inferiores a las que se encadena.

Meditar es una necesidad ineludible que se impone antes de cualquier realización. Con esta actitud se calman las emociones y aclara la comprensión, armonizándose los sentimientos.

No es indispensable la alienación, ni huir de los compromisos que se deben atender frente a las responsabilidades humanas y sociales. Solo se requiere reservar algunos espacios mentales y de tiempo a fin de lograr el cometido.

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Comienza tu entrenamiento meditando diariamente sobre un pensamiento del Cristo. Fíjalo mediante la repetición y aplícalo en tu conducta a través de la acción.

Aumenta poco a poco el tiempo que le dediques, entrenando al inquieto corcel mental y aquietando al cuerpo desacostumbrado.

Imagen: Bodhio.

Atiende con calma las sensaciones y continuas inquietudes que surgen, con la mente ligada a la idea central hasta conseguir superarlas.

Al meditar debes estar atento, pero no tenso.

Concéntrate sentado cómodamente, aunque sin relajarse demasiado, pues eso te conduciría al sueño.

Reúne todos tus esfuerzos para vencer los deseos inferiores y las malas inclinaciones.

Escoge un lugar aseado, agradable y, si fuera posible, que te resulte habitual, a fin de enriquecer su ambiente psíquico con la calidad superior de tus anhelos.

Resérvate una hora tranquila, en la que estés descansado.

Invade el país desconocido de tu mente, al principio para reflexionar sin censura, sin juzgar, como un observador equilibrado ante los acontecimientos que no puede evitar.

Respira con calma, sintiendo el aire que bendice tu vida.

Procura la compañía de personas moralmente sanas y sabias, que te armonicen.

Habrá días difíciles para la ejercitación. No obstante, el entrenamiento será el responsable de los resultados eficaces.

No luches contra los pensamientos, conquístalos con paciencia.

Tan natural te resultará esta práctica que, ante cualquier desafío o problema, serás conducido hacia la idea predominante en ti, que será pues la idea de tranquilidad, de discernimiento.

Gandhi ayunaba pacíficamente durante varios días, sin sufrir disturbios mentales, porque se había habituado a la meditación a la que se entregaba en esas oportunidades.

Y Jesús, a lo largo de los cuarenta días de ayuno, se mantuvo ligado al Padre, recibiendo el anuncio de su testimonio en Getsemaní, cuando después de ser entregado, -durante la meditación profunda en la que oraba-, se dejó arrastrar por las manos de la injusticia hacia el gran testimonio que viniera a ofrecer a la Humanidad.

Joanna de Ângelis

(Recurre a la Meditación. Capítulo I; de la obra: “Momentos de Meditación”; psicografiada por Divaldo Pereira Franco, por el Espíritu de Joanna de Ângelis).

Imagen principal: irongroup.

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