La Relevancia De La Oración

LA RELEVANCIA DE LA ORACIÓN

No son pocos los que afirman: “…son tiempos sombríos los que vivimos en la actualidad” o “el colapso del planeta se acerca”, o aún “la Tierra está perdida en medio de tanto odio y maldad del ser humano, que no quiere evolucionar”. Sin embargo y también sin reproches, ¿qué autoridad moral tenemos para afirmar eso?

Hablamos de autoridad moral desde la perspectiva espírita, desde el paradigma de Cristo, desde la visión puesta en el porvenir.

Y frente a eso ¿qué cabe a nosotros y a la Casa Espirita hacer en tiempos tan revueltos?

Dar las gracias, glorificar y pedir.

La oración cumple estas tres funciones básicas: dar las gracias, glorificar y pedir… Como espiritas y como institución comprometida con las enseñanzas de Jesús ¿cumplimos estas tres funciones, o nos quedamos en ‘nuestras’ acomodadas tres funciones de pedir, rogar e implorar?

Nos cabe dejar de tratar a Dios como un mayordomo, dejar de pensar que Dios está a nuestro servicio y buscarlo, únicamente cuando vacilamos o nos sentimos debilitados.

Dar las gracias por las bendiciones de cada día (que son muchas y no nos damos cuenta); dar las gracias por las pruebas e incluso por las expiaciones; dar las gracias por el bendito instrumento que nos hace evolucionar, por ejemplo, aquel hermano que nos saca de nuestras casillas. Sí, dar las gracias por él también, porque se ha prestado ser la herramienta para cincelar nuestra alma.

Y entre gracias y gratitudes, reconocer al Padre, reconocer su inmenso amor. Alabar, cantar, glorificar a este Padre, engrandeciendo nuestro ser, uniéndonos a Él en pensamiento.

La oración es canal directo hacia Dios. Es el regalo más precioso que Jesús nos dejó. Con la oración del “Padre Nuestro”, Jesús nos enseñó más que a orar, nos enseñó que Dios nos escucha si le hablamos desde el corazón.

Sin lugar a duda, son tiempos difíciles, el ‘planeta azul’ está envuelto en guerras, batallas y conflictos, no únicamente bélicos, sino espirituales también. Entretanto, elevemos nuestro pensamiento y pongamos nuestro pequeñísimo grano de arena en la construcción de este planeta de regeneración que todos queremos. Amparemos con nuestras oraciones, a los valerosos hermanos espirituales, incansables servidores del Cristo, que siguen trabajando por la evolución de todos nosotros en campos inhóspitos, en sitios de conflicto, en lugares inimaginables.

Busquemos un momento de reconciliación, de reencuentro, de reconexión con Dios.

A continuación, transcribimos un pequeño extracto del libro “Los Mensajeros” de André Luiz, psicográfiado por Chico Xavier, que narra un momento difícil en plena segunda guerra mundial. ¡Más actual imposible! En él, observamos el poder de la oración:

“En estos tiempos, sin embargo, la oración es una luz más intensa en el corazón de los hombres. Se ha dicho que la estrella brilla más en las noches sin luz.

Podéis imaginar que, para empezar a atender a los desencarnados desesperados, ya he acudido más de una vez a los servicios de asistencia en Europa.

Hace unos días, en una misión de esta naturaleza, algunos compañeros y yo surcamos los cielos de Bristol. La noble ciudad inglesa estaba siendo sobrevolada por unos bombarderos pesados. La perspectiva de destrucción era aterradora.

En medio de la noche, sin embargo, un faro de intensa luz se destacó ante nuestra visión espiritual. Sus rayos centelleaban en el cielo mientras las bombas caían sobre el suelo.

El jefe de la expedición nos recomendó descender sobre el punto luminoso. Con sorpresa, me di cuenta de que estábamos en una iglesia, cuyo recinto debía de ser casi sombrío y oscuro para el ojo humano, pero muy luminoso para nuestros ojos.

Entonces me di cuenta de que algunos cristianos valientes se reunían allí y cantaban himnos.

El ministro de culto había leído el pasaje de los Hechos en el que Pablo y Silas cantaban a medianoche en la cárcel, y las voces cristalinas se elevaban al cielo en notas de ferviente confianza.

Mientras la metralla estallaba fuera, los discípulos del Evangelio cantaban juntos en una vibración celestial de fe viva. Nuestro líder nos ordenó ponernos de pie ante aquellas almas heroicas, que recordaban a los primeros cristianos perseguidos, en señal de respeto y reconocimiento. También acompañó los himnos y luego nos dijo que los políticos construirían los refugios antiaéreos, pero que los cristianos construyeron los refugios anti-tenebrosidad en la Tierra”.

Construyamos refugios de luz, construyamos refugios anti-tenebrosidades con nuestras oraciones.

Que la Casa Espirita sea ese punto desde donde salga un foco de luz, un foco que ampara y ayuda también al plano mayor.

Redacción Hogar Fraterno.

© Copyright 2024 Hogar Fraterno.

Imágen de portada: Kalyanayahaluwo.

Fuente: Editora: FEB; Edición: 47ª (27 de marzo de 2014). Francisco Cândido Xavier; (1944). Los Mensajeros.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *