Invitación a la mediumnidad
“Ciertamente, hay diversidad de dones, pero todos proceden del mismo Espíritu. Hay diversidad de ministerios, pero un solo Señor.»
(1ª Epístola a los Corintios: capitulo 12º, versículo 4 y 5.)
Médiums, mediumnidades.
Todos somos médiums y todos poseemos mediumnidades.
Perfeccionarlas o descuidarlas, relegándolas a un plano secundario, es responsabilidad que cada uno ejerce mediante el libre albedrío.
La arcilla maleable en las manos del alfarero es el médium del recipiente.
El hierro candente entre el yunque y el martillo del operario es médium de la forma que plasma.
Dejándose conducir por las manos del Operario Divino, el hombre modela y ejecuta las construcciones mentales superiores, tornándose cooperador en la Obra de Nuestro Padre.
Desobedeciendo a la inspiración elevada, se deja, dócil, arrastrar por otras ondas de pensamiento, colaborando a veces, inconscientemente, en la formación de los paisajes de dolor, de sombra y de desdicha para los otros como para sí mismo.
La verdad es que todos estamos entrelazados en el ministerio mediúmnico activo e incesante, gracias a la multiplicidad de dones de que nos hallamos investidos.
Vinculados, espíritu a espíritu por el impositivo de la evolución, dado que constituimos familias que forman la gran familia universal, nos sintonizamos recíprocamente por medio de afinidades y aptitudes, ideales y deseos, en un connubio inmenso del que solamente el amor consigue los objetivos elevados, liberadores.
Siendo así, medita en las posibilidades mediúmnicas de que eres poseedor y elévate por el ejercicio de las acciones ennoblecedoras, de modo a desarrollar los recursos positivos en la realización del bien a que el Señor a todos nos convoca.
Ciertamente unos están mejor dotados por las facultades mediúmnicas que les son concedidas para la propia edificación, a la luz consoladora de la Doctrina Espirita, que es la única directriz segura con Jesús para el ministerio bendito de iluminación en la Tierra.
Si aún no has experimentado los síntomas más evidentes de la mediumnidad, transfórmate espontáneamente en instrumento del amor y enciende la lámpara del auxilio fraterno en tu corazón, a fin de que la caridad te transforme en médium de la esperanza, entre los que aspiran a un mundo renovado y dichoso para el futuro, desde hoy.
Joanna de Ângelis.
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De la obra: Invitaciones de la Vida. Capítulo 30. “Invitación a la Mediumnidad”. Por el Espíritu de Joanna de Ângelis. Psicografía de Divaldo Pereira Franco.