Diálogo En Servicio

El discípulo recién venido al cenáculo de la oración, oyó comentarios en torno a las lecciones y ejemplo de Cristo, y exclamó eufórico, en la oración que fue invitado a pronunciar:

– ¡Señor, mi corazón vibra de alegría al aceptarte… Ahora, amado Jesús, pido que me aceptes, ¡dándome algún encargo en tu servicio!…

El nuevo aprendiz, sofocado de lágrimas, nada más consiguió decir.

Desde aquel instante, comenzó vida nueva. Cargaba las horas repletas de actividades, relacionando comprensión humana y trabajo benéfico.

Los días corrieron sobre los días, sumando mucho tiempo, hasta que, en cierta noche, al recogerse, exhausto, se vio fuera del cuerpo físico, delante de Jesús que le sonreía.

EL ENCUENTRO CON EL MAESTRO

El servidor se arrodilló y exclamó sensibilizado:

-Señor, me avergüenzo por no ofrecerte nada. Me entregué de balde en tus manos.

De tus simientes de amor que esparcí, ninguna consiguió germinar. Hablé de ti a los que sufrían y raramente no tuve amargas reacciones de revuelta y desesperación; en tu nombre, procuré a los hombres de inteligencia y apenas tuve de ellos manifestaciones de ironía vestidas de bellas palabras; apelé hacia las personas robustas y contentas de la vida rogándoles abrazasen a los infelices y obtuve promesas de cooperación que hasta hoy no apareció…

Conversé con los hermanos ofendidos sobre el perdón, solicitándoles tolerancia para con los agresores y, aunque muchos moviesen los labios diciendo que disculpaban las afrentas recibidas, vi, en el fondo de sus almas, las llagas del resentimiento corroyéndoles las fuerzas del corazón; insistí con amigos queridos de paso por tus talleres de buenas obras para que permaneciesen fieles a tus esperanzas y desertaron, desalentados, no creyendo ya en tus promesas …

¿Qué hacer Señor, si planto tus enseñanzas, sin ningún resultado?

Jesús le acarició la frente y le habló compasivo:

-Amigo, continúa sirviendo y no temas. ¿Dónde viste el labrador que echase las simientes en la tierra y las viese germinar, en el mismo instante? El servicio que te confié es aquel mismo que el Padre me dio a hacer…

Ningún gesto de bondad y ninguna palabra de amor se pierden en la construcción del Reino del Bien Eterno

El aprendiz retornó al cuerpo que el descanso restauraba más claramente despierto, aún oyó las palabras del Maestro que concluía:

Continuemos comprendiendo y sirviendo, amando y sembrandoDios, Nuestro Padre, sabe dónde, cómo y cuándo hacer el resto.

Mei Mei

***

[1] Extraído de la obra: PALABRAS DEL CORAZÓN. Capítulo 8. DIÁLOGO EN SERVICIO. Por el Espíritu de Mei Mei. Psicografía de Francisco Cándido Xavier.

Imagen portada: Kar3nt.

1 comentario en “Diálogo En Servicio”

  1. Buenos días, en el estado evolutivo que estamos muchos encarnados, es un poco difícil dar y no recibir, pero es una gran lección que nos da el espiritismo; el amor no espera reconocimiento, la satisfacción de dar amor, ya de por sí, ya es un verdadero logro para nuestra conciencia. Gracias. Abrazos Fraternales.

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