Compasión Y Justicia

El Amor Universal favorece la implantación de la escuela, aunque si te negaras a aprender nadie podría arrancarte de las tinieblas de la ignorancia.

La Divina Presciencia establece reglas y recursos para la higiene, aunque si desertaras del cuidado a ti mismo, albergarías en tu propio cuerpo abundante alimento para la suciedad.

La Infinita Bondad inspira la elaboración del remedio a fin de que alivie y cure tus enfermedades en tal o cual circunstancia difícil, aunque si rechazaras el medicamento continuarías sometido al desequilibrio.

La Eterna Sabiduría promueve la fabricación de extintores, e impulsa el entrenamiento de bomberos, aunque si prendieras fuego a tu casa padecerías de inmediato los resultados del incendio.

La Providencia Vigilante incita a la creación de recursos para el cultivo y la defensa de la gleba, aunque si rehuyeras el trabajo, en poco tiempo tendrías en tu propio terreno una amplia colección de espinos y serpientes.

Dios concede la simiente, pero requiere el servicio para que el pan aparezca; esparce enseñanzas, pero requiere el estudio para que se produzca el pulimento del espíritu.

No trates de engañarte a ti mismo, en espera de compasión exenta de justicia. Toma en cuenta los fenómenos de la existencia y notarás que la vida te concede guías e instructores, rutas y máquinas, pero te exige que pienses con tu propia cabeza y que camines con tus propios pies.

Allan Kardec afirma: «Por cierto, la misericordia de Dios es infinita pero no ciega

Jesús, a su vez, remarca la responsabilidad que supervisa nuestros caminos cuando, en el versículo 33 del capítulo 13 del Evangelio de Marcos, nos advierte. «Observad, vigilad y orad…«

Reparemos en que el llamado a la prudencia no incluye simplemente el «vigilad» y el «orad«, sino que comienza objetivamente por una orden categórica: «Observad«.

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Emmanuel (Espíritu).

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De la obra JUSTICIA DIVINA. Psicografía de Francisco Cándido Xavier. Reunión pública del 4-12-61. El Cielo y el Infierno. 1ª Parte, cap. VII, § 29.

Imagen de portada: mokhaladmusavi.

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