Modelo De Perfección

No existe ninguna noticia acerca de alguien que haya sido igual a Él.

Sabio inusual, mantuvo silencio durante casi treinta años, excepto una vez, a los doce años, cuando demostró su inigualable capacidad intelectual y moral.

Con un pequeño grupo de doce hombres simples, casi sin cultura, fundó un Colegio en contacto con la naturaleza, donde en poco tiempo enseñó la más amplia gama de conocimientos generales de que se tiene noticias, fundamentados en la lección viva del amor.

Transitó entre los variados fuegos de la envidia y de la impiedad, y enfrentó la astucia y la perversidad sin dejarse quemar jamás.

Compuso con ternura el más perfecto código de justicia espiritual: la canción incomparable de las Bienaventuranzas.

Convivió con la miseria social, moral y económica del mundo, pero no se tornó mezquino ni rebelde.

Conoció a los poderosos que pasan por el mundo, a los ricos y dominadores, pero no los envidió ni los combatió.

Ecologista nato, tomó como modelo las expresiones de vida de la Tierra: las aves del cielo, las serpientes, los lobos, los peces, los lirios del campo, el mar, el grano de mostaza, para componer con ellos insuperables parábolas de veneración al equilibrio vigente en todas las cosas.

Estableció, en la fraternidad, la más saludable experiencia social para la convivencia humana mediante intercambios, sin priorizar al individuo o a la propiedad, e invitando a una experiencia en común, que resultó un éxito inusual.

No desperdició palabras ni actuó con insensatez, pues siempre fue prudente.

Amó a la infancia, a los pecadores, e incluso a sus enemigos.

Maestro, no desperdició la saludable oportunidad de aprender de cada uno, y enseñó el modo de ser feliz permitiendo que sus discípulos aprendieran a lograrlo.

Terapeuta eficiente, curó enfermedades y explicó cómo erradicarlas, advirtiendo a los pacientes acerca de las recidivas y nuevas complicaciones.

Nunca ostentó los poderes de que era portador, pero tampoco los ocultó.

Disciplinado, se sometió a la voluntad de Dios, sin quejas ni recelos injustificables, hasta el extremo de la renuncia personal.

Y porque amó en demasía, se entregó a la crucifixión y a la muerte, para resurgir, poco después, a fin de confirmar todas Sus enseñanzas y volver a la convivencia afectuosa con aquellas mismas personas que dudaron, huyeron y lo negaron.

Por eso, y por mucho más, Jesús “es el ser más perfecto que Dios ofreció al hombre para servirle de modelo y guía”, según afirmaron los Espíritus a Allan Kardec.

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Joanna de Ângelis

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(De la obra: Momentos de Armonía. Capítulo 4. Modelo de Perfección. Joanna de Ângelis (Espíritu). Psicografía de Divaldo Pereira Franco).

Imagen de portada: MerandaDevan

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