EL ESTUDIO DEL ESPIRITISMO
El estudio del Espiritismo viene indudablemente a destruir la paz de algunas existencias que se deslizan en la molicie; flores inodoras, árboles improductivos.
El Espiritismo viene a despertar grandes remordimientos, a destruir muchas ilusiones engañosas; es el microscopio con el cual vemos nuestras ocultas miserias; como son nuestra envidia, nuestro solapado amor propio, nuestra falsa modestia, nuestra sorda murmuración, nuestra escondida avaricia y otros innumerables defectos, consecuencia natural de las anteriores causas, que en gran número pasan inadvertidos en la sociedad, como pasan a nuestra vista los millones de infusorios que se agitan en una gota de agua.
Para estudiar el Espiritismo, se necesita que el Espíritu esté preparado para ello, bien por el progreso adquirido, bien porque sus muchos desaciertos le hayan colocado al borde del abismo, y tomando en serio el adagio a grandes males, grandes determinaciones, se decida a cauterizar las profundas llagas que le hacen vivir muriendo.
LOS ESPÍRITAS CONVENCIDOS
Es indudable que se necesita mucho valor para leer uno en sí mismo; por eso abundan los espíritas convencidos, y escasean los que hacen firme propósito de corregirse de sus vicios cuanto les es humanamente posible; mas es innegable que el verdadero espiritista, el que se propone ir por la senda del progreso, llega a poseer virtudes que forman en torno suyo una esplendente aureola, para lo cual cuenta con convicciones profundas, de que la generalidad carece.
Mucho ha de influir eficazmente en el hombre dotado de buena voluntad y de regular criterio, obtener por sí mismo o por otras comunicaciones razonadas, en las cuales le aconsejan los espíritus el cumplimiento estricto de su deber, y sin falsa adulación le den parabién por sus buenos deseos, y sin acritud le reconvengan cuando caiga, diciéndole que son muchos los seres que toman parte en sus penas y en sus alegrías.
La certidumbre de ser amado y constantemente protegido es un valioso estímulo para la virtud y el progreso espiritual, estímulo que casi sólo los verdaderos espiritistas pueden tener; porque son los que tocan la realidad de la vida, libro inédito que enseña más que todos los volúmenes que se guardan en las bibliotecas de la Tierra.
LA INFLUENCIA DEL ESPIRITISMO
Ahora bien: ¿Es beneficiosa la influencia del Espiritismo? ¿Estamos locos los que creemos que cuando se vulgarice su estudio, muchas almas enfermas recobrarán la salud, y muchos crímenes dejarán de cometerse?
No somos locos, no; los días de la luz se acercan; la aurora del progreso ilumina el horizonte del porvenir. Los espiritistas son los centinelas avanzados, cuyo ejemplo estimula y dice: Luchad, luchad con denuedo, y venceréis vuestras imperfecciones como las hemos vencido o tratamos de vencerlas nosotros. ¡Querer es poder! Seguid nuestras huellas y os llevaremos por un sendero de flores que nunca se marchitan, al conocimiento de las verdades supremas.
¡El infinito nos espera! ¡En nuestra patria no habrá aurora ni ocaso: en ella brillará siempre el sol esplendoroso del amor universal!
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[1] Extraído del capítulo XXXV, titulado: EL ESTUDIO DEL ESPIRITISMO, de la obra: La Luz del Futuro, de Amalia Domingo Soler.
Imagen portada: u_ibb5amhw08.