Ilumine Sus Horas

Mientras vivimos en las experiencias del mundo por entre luchas, equivocaciones y dichosas construcciones, pocas veces damos valor al tiempo que el Padre Creador nos concede para la evolución de nosotros mismos.

Sin embargo, se hace preciso que iniciemos un esfuerzo de evaluación en cuanto a las bendiciones de las horas que se pierden en nuestras manos.

En los caminos terrenos aproveche sus horas para los ejercicios corporales, al mantener su forma física en régimen de salud; pero no haga de la gimnasia una eternidad, cuando usted sabe que el servicio de amor prestado a los otros se transforma en un excelente ejercicio para el Espíritu, haciéndolo elegante y noble ante Dios.

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Dedíquese a las alegrías, a las distracciones y a los paseos culturales, recogiendo en sus ojos y en su corazón los bellos cuadros de la Naturaleza festiva; sin embargo, procure no vivir solamente de salidas turísticas, cuando usted identifica a tantos sufridores y a tantos necesitados que requieren algunos instantes de su preciosa atención, ocasión en la que usted haría importantes incursiones en el alma ajena, haciéndose un bendito amigo ante los Ojos Celestiales.

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Busque reposar después de las fatigas, al dar a su vehículo corpóreo lo que necesita para proseguir activo; pero evite descansar excesivamente, teniendo en cuenta que el reposo muy extenso vive pared por medio con la pereza, la cual deformaría sus posibilidades de ser útil.

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Para el agrado de sus seres queridos prepare manjares y postres que deleiten sus paladares, poniendo en acción sus capacidades culinarias para el goce de todos; entretanto, no olvide que hay mucha gente que muere por exceso de comida que, poco a poco, va desgastando la salud orgánica sin que se lo perciba.

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No desperdicie los «tiempitos».

En la órbita de su vida, no desperdicie los tiempitos, tantas veces despreciados.

Imagen: Succo.

Aprovéchelos para escribir una breve carta de cariño a alguien que esté enfermo o que se encuentre enfrentando momentos graves; envíe un telegrama a un hermano, alimentándole las iniciativas de las buenas obras; telefonee a un familiar o a un amigo que no vea hace mucho tiempo, demostrándole atención; costure retazos para cubrir cuerpitos carentes; coloque botones en alguna ropa que tendrá valor para alguien; arregle un cajón de escritorio que podrá proporcionar utilidades para mucha gente; cuide de un jardín o de una planta; borde una tela, teja un abrigo o desenvuelva ideas felices para hacer el bien a alguna persona que usted sepa que esté necesitada, y mucho más.

Usted no necesita volverse neurótico, estando en un perpetuo movimiento. Apenas evitará las horas vacías, preservándose de la neurótica inutilidad de aquellos que, por estar ocupados en no hacer nada, dejan de servir, desvalorizando los minutos.

Si usted aprovecha esos tiempitos, a corto plazo habrá encontrado gloriosos motivos para vivir, habrá aprendido a amar la vida y habrá iluminado su camino, pues cada acción productiva que usted haya realizado será un cirio de alegrías que alumbrará su senda, desde la Tierra hasta su retorno a las regiones del Más Allá, para recoger centuplicado el bien que haya sido capaz de esparcir en tantas vidas, lo que los Cielos contarán y le devolverán con formidables añadiduras de paz y de amor.

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Thereza de Brito (Espíritu)

Extraído de la obra: VEREDA FAMILIAR. Capítulo 3; “Ilumine sus horas”. Psicografía de Raul Teixeira.

Imagen portada: Alexas_Fotos.

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