A LOS NIÑOS
¡Qué hermosos son los niños…!
Son mi embeleso;
cuando los niños besan
Dios nos da besos;
porque, los niños,
son el raudal precioso
de su cariño.
–
Cuando los niños miran,
hablan sus ojos;
cuando la risa pliega
sus labios rojos,
¡Cuánta alegría!
¡La risa de los niños
es luz del día…!
–
¡Ya pueden venir penas
y sinsabores;
ya pueden aplastarnos
grandes dolores:
si un niño grita,
y va pidiendo besos
con su boquita!
–
¡Se olvidan los pesares,
los desengaños,
pierde su imperio el tiempo,
huyen los años…!
¡Todo es el niño!
¡Todo las efusiones
de su cariño!
–
¡Niños del alma mía!
¡Niños benditos…!
¡Flores de los vergeles
del infinito!
¡Sois mi embeleso;
venid y dadme vida
con vuestros besos…!
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***
(Extraído de la obra: Relatos para todos).
Imagen portada: Pavel Danilyuk.